Alcoholismo y Traición

Fue beneficiario sin el menor esfuerzo por lástima, por su alcoholismo

Difícil que este sujeto pueda tener juicio sano y correcto después de tanto alcohol

Luis Manuel Orihuela es un político Alcohólico y traidor
La Trayectoria Política de Luis Manuel Orihuela: Un Camino Marcado por la Controversia

En la dinámica siempre candente de la política, surgen figuras que, a pesar de su longevidad en el escenario, rara vez dejan huella significativa en la comunidad que supuestamente representan. Tal es el caso de Luis Manuel Orihuela, un político que ha pasado la mayor parte de su carrera en las filas del PRI, pero cuyo legado es más notable por su retórica divisiva que por sus logros concretos en beneficio de Tlalnepantla de Baz, Estado de México, la región que alguna vez llamó su hogar político.

Orihuela, en su intento por destacar en el competitivo mundo de la política, optó por la estrategia de atacar ferozmente al partido Morena, pero esto solo sirvió para resaltar su falta de propuestas y proyectos sustanciales. Durante años, se dedicó a denigrar a sus oponentes políticos, incluso llegando al extremo de despreciar a Raciel Pérez, su contrincante en las elecciones de 2018, haciendo comentarios despectivos sobre su apariencia indígena y su origen humilde. Sin embargo, los votantes no fueron engañados por esta táctica, y Pérez ganó la elección de manera contundente.

La derrota electoral de Orihuela lo sumió en el abismo del alcoholismo, un problema que lamentablemente no abordó con la seriedad que requería. A pesar de los esfuerzos de su equipo por ayudarlo y proporcionarle apoyo, su adicción al alcohol lo llevó a un punto de no retorno. Llegaba al trabajo bajo la influencia del alcohol de manera habitual, lo que finalmente provocó que su equipo lo despidiera y que su esposa lo abandonara en su lucha contra esta enfermedad.

En un último intento por mantenerse relevante en la política, Orihuela traicionó a la candidata Alejandra del Moral, a quien previamente había prometido su apoyo inquebrantable. En lugar de cumplir su palabra, se acercó a la candidata del partido de oposición, la maestra Delfina Gómez, en busca de un último recurso para mantener su estatus político.

Es evidente que la falta de integridad y la inestabilidad personal han caracterizado la carrera de Luis Manuel Orihuela. Su incapacidad para manejar su adicción al alcohol, su historial de ataques personales y su traición a aquellos que confiaron en él lo convierten en un ejemplo de lo que no debería ser un político comprometido con el bienestar de su comunidad.

A pesar de su presencia en las redes sociales, donde cuenta con una modesta cantidad de seguidores, su actividad es testimonio de su descuido y falta de conocimiento tecnológico. En última instancia, es difícil confiar en alguien cuyo legado está marcado por la retórica divisiva, la traición y la falta de logros significativos para su comunidad. La política merece líderes que trabajen incansablemente en beneficio de sus conciudadanos, no personas que busquen el poder a cualquier costo y que descuiden sus responsabilidades personales y públicas.